domingo, 29 de septiembre de 2013

Sigue creciendo Nogales: El Carricito

Antes de entrar en materia debo aclarar que esta serie de artículos acerca del crecimiento de la mancha urbana de Nogales es consecuencia de una plática que tuvimos un periodista nogalense muy conocido y un servidor durante la ceremonia del 27 de agosto pasado. Explicado ésto, recordemos que en los artículos anteriores de esta serie hablaba sobre cómo surgieron en Nogales las Colonias Moderna y Municipal, aunque ahora hablaré de los sucesos posteriores a esta fundación aunque de cualquier manera, claro, refiriéndolos a lo ya narrado para hilar las ideas.

Así, a fines de agosto de 1916 el candidato a presidente municipal de Nogales, Astolfo R. Cárdenas, un bajacaliforniano que había llegado a esta frontera dos años antes, realizaba una campaña en la que resultó electo para el periodo 1916-1917. Entre sus promesas estaban la de terminar el rastro, embellecer los panteones y la “... formación de una colonia...” en el terreno que era conocido entonces como La Huerta de San Antonio, ubicado al Sur del fundo legal.

Así fue cómo, después de tomar posesión, Cárdenas inició el levantamiento de nuevo del registro del catastro municipal, ya que había sido destruido por los villistas en 1915, y como segundo paso de su proceso de reestructuración nogalense, el 21 de abril de de 1917 la Compañía Constructora de Sonora le compraba dos franjas de terreno a la Reforma Land and Cattle Co., terreno sobre el cual surgirían las Colonias Municipal y Moderna como ya lo indiqué un artículo anterior de esta serie. Los oficiales principales de esta Compañía fueron: Presidente: Astolfo R. Cárdenas, Vicepresidente: Geo W. Dunbar, Secretario: P. González Aréchiga y Tesorero: J. L. Schleimer, e inmediatamente después de la adquisición del terreno se dio inicio a la tarea de construcción de las casas de la Colonia Municipal.

Por otro lado, también esa administración inauguró dos escuelas, una nueva concluida en julio de 1917 con un costo de $12,075 en la Colonia Municipal; se trataba de un edificio de dos pisos, escuela que después recibiría el nombre de Melchor Ocampo y estaba situada en el local donde actualmente se encuentra la Guardería Eva Sámano, sobre la Calle Artes; además, se acondicionó como escuela la antigua casa de Próspero Sandoval, junto a la línea, a la que se le dio el nombre de Nueva Creación,  aunque ésta no duró mucho: el Gral. Obregón, ahora dedicado a los negocios, la escogió ya entrado el año 1917 para vivir en ella, por lo que la escuela fue desalojada y acondicionada por el ayuntamiento y la Junta de Bienes Intervenidos, y poco después, el 18 de septiembre, ya bajo la presidencia municipal de Félix B. Peñaloza, Obregón abriría, con cabecera  en Nogales,  una agencia para importar y exportar preferentemente garbanzo y ganado e importar maquinaria “...para lo cual cuento con las mejores conecciones (sic) en Estados Unidos...”, así como para comprar y vender  terrenos y minas mexicanas. Era su periodo de descanso después de la campaña militar del Pacífico que le había dado fama, y antes de entrar a la contienda por la Presidencia de la República, campaña que lo convertiría en Presidente de México por dos veces, aunque en su reelección fue asesinado, como ya sabemos.

Y así pasó el tiempo; para noviembre de 1921 se le daba permiso a Christ Kerson para abrir un “restaurant y expendio de cerveza y vinos anexo en el local que ocuparon las oficinas del Sr. Gral. Álvaro Obregón, propiedad del Sr. Eduardo Camou”, situado en la esquina de Internacional, Elías y Ferrocarril, y ese mismo noviembre, debido al crecimiento de la población hacia el sur y que la zona de tolerancia, que se encontraba ubicada en  el conocido como Ranchito (situado entre la Díaz y la Torres, de la Hidalgo hasta el cerro de la Pila) había quedado rodeada de casas, el ayuntamiento acordó reubicarla.

Se le compraron en $5,400 un total de 9 Hectáreas en la cañada del Carricito (actual 5 de febrero) a la Reforma Land and Cattle Co., cuyo presidente era Alejandro Villaseñor y Vicepresidente H. H. Levy; se lotificaron y remataron al mejor postor para que allí se edificaran los cabarets de la nueva zona de tolerancia, aunque para financiar esa construcción se contrató a José Castillo, administrador del Hospital Municipal de Mexicali, para que consiguiera que inversionistas estadounidenses de California se decidieran a entrarle al negocio nogalense. Castillo consiguió que Allen Bayer, dueño del salón de juego de Mexicali, El Tecolote, se interesara por el negocio, y para mayo de 1922 el Congreso autorizaba el cambio de la zona de tolerancia al nuevo sitio, aunque agregaba que “...no podrá efectuarse dicho traslado mientras en el terreno indicado no existan casas suficientes y acondicionadas...” Así, esta autorización resultó prematura, ya que la antigua zona de tolerancia del Ranchito continuaría funcionando, mientras que la nueva no empezaría a funcionar sino mucho tiempo después.

Finalmente, el 13 de febrero de 1942, cabildos declaraba urbanizadas las colonias Moderna, Municipal, Municipal Anexa, Rosario, Bolívar, Buenos Aires, Reforma, Altamirano y Granja, en una distancia de 4,115 metros desde la línea y con 2,517.2 de ancho.


domingo, 22 de septiembre de 2013

Implicaciones locales del inicio de las Colonias Moderna y Municipal

No cabe duda, apenas concluía la revolución en nuestra región del Norte de Sonora, cuando la decisión de 1917 de promover el crecimiento futuro de Nogales a través de la fundación de las Colonias Moderna y Municipal hacia el Sur del entonces Fundo Legal tuvo un alcance tal vez igual o mayor al de cualquiera otra decisión encaminada a dirigir el crecimiento de esta población. Esto sin dejar de lado los programas federales de la década de 1960, el PRONAF  y el PROGRAMA DE INDUSTRIALIZACIÓN FRONTERIZO. Veamos porqué.

En primer lugar, el crecimiento que ha tenido esta población nogalense diverge del de todas las ciudades fronterizas de México con los Estados Unidos, las que se extienden adheridas a la línea divisoria. Esto se debe a que mientras que Nogales actualmente se extiende a lo largo de la frontera apenas por unos 3 kilómetros, por otro lado de Norte a Sur alcanza los 11 kilómetros, es decir la mancha urbana de esta población fronteriza tiene una proporción Este-Oeste  vs. Norte-Sur cercana a 1/4.

Al mismo tiempo que sucede ésto, por otro lado Tijuana, en Baja California, que es la ciudad fronteriza más grande que hay entre México y Estados Unidos, se extiende por unos 23 kilómetros a lo largo de la frontera a la vez que apenas unos 13 kilómetros de Norte a Sur, o sea una proporción de alrededor de 2.

Finalmente, y para no cansar la atención del lector también citaría a Agua Prieta, que es otra de las poblaciones fronterizas sonorenses entre México y los Estados Unidos, la que alcanza a medir unos 5.4 kilómetros  de Este a Oeste y 5.2 de Norte a Sur; o sea una proporción aproximada de 1 (De todas ellas incluyo mapas de la extensión urbana que alcanzan, para que se pueda entender mejor esta proporción).

Pero aún más, y analizando la historia del crecimiento de la totalidad de ciudades fronterizas entre México y los Estados Unidos, debemos tomar en cuenta el hecho de que las proporciones de las demás ciudades fronterizas era hasta hace poco tiempo aún mayor a como lo expreso anteriormente. Esto se debe a que actualmente todas las poblaciones fronterizas se encuentran creciendo más hacia el Sur y por lo tanto alterando sus proporciones Norte-Sur vs. Este-Oeste. Parecería que en todas las ciudades mexicanas limítrofes con los Estados Unidos hubiera disminuido recientemente su condición de frontera como factor de su crecimiento urbano, y hubieran decidido hacer que su crecimiento fuese más hacia el Sur y no "pegado" a la frontera como sucedió hasta hace poco. Bueno, pero basta de ese tema, y regresemos al crecimiento de Nogales.

En Nogales el crecimiento hacia el sur no ocurrió en un solo impulso a partir de 1917, sino en forma gradual, con adiciones sucesivas de más colonias hacia el Sur a través de los años. Este proceso concluiría cuando se empezaron a implantar los programas federales del PRONAF  y el Programa de Industrialización Fronterizo, mismos que dieron al traste con esta fórmula de crecimiento urbano nogalense. Pero no nos adelantemos…

La primera etapa del crecimiento nogalense después del establecimiento del Fundo Legal surgió, como lo indiqué en mi artículo anterior, con la fundación de las Colonias Moderna y Municipal, ubicadas inmediatamente hacia el Sur del Fundo Legal, ya que iniciaban justo en su límite Sur y concluían, la Moderna ya sobre el arroyo de la actual Calle 5 de Febrero y la Municipal en el arroyo de la actual Calle Celaya (ésto se aprecia en el mapa interactivo adjunto en donde muestro los límites aproximados de esas colonias).




Ahora bien, la superficie de los lotes en ambas colonias fue muy diferente entre sí, como aún hoy, en 2013, se puede apreciar a primera vista (la fotografía satelital adjunta lo muestra claramente). Mientras que en la Colonia Moderna la superficie de un lote podía comprender más de 300 metros cuadrados, en la Colonia Municipal una casa se construía en unos 60 metros cuadrados. Y mientras que las manzanas en la Colonia Moderna llegaron a tener una superficie de unos 15,000 metros cuadrados (por ejemplo la manzana donde se encuentra actualmente el hospital del Seguro Social), por otro lado en la Colonia Municipal una cuadra llegó a medir aproximadamente una superficie de unos 1,500 metros.

Además, la construcción de las casas mismas difería mucho. Mientras que en la Colonia Moderna se trataba de edificaciones realizadas por sus dueños en la que algunas eran de dos niveles y se encontraban rodeadas de jardines siguiendo la costumbre estadounidense (en un estilo que se conoce como California Revival), por otro lado las casas de la Colonia Municipal se unían una tras otra en una sucesión de puertas y ventanas que daban a la calle, tal vez con un jardín o un espacio interior para crecimiento futuro (siguiendo a su vez la costumbre hispanoamericana, herencia a su vez del estilo mozárabe, en el que predomina la sobriedad de la decoración exterior).

Por otro lado, mientras que las principales calles Norte-Sur de la Colonia Moderna eran la Calle América (que posteriormente cambiaría su nombre a Obregón), la calle Latinos (actual Padre Nacho) y la Moctezuma (actual Dr. Ricardo Silva Hurtado), todas rúas con anchuras de unos 18 metros, en la Colonia Municipal sus calles, la Rosario o la Montaña por mencionar a dos, tienen aún hoy una anchura de únicamente unos 8 metros.

Finalmente, parecería que el crecimiento futuro de Nogales seguiría el principio establecido por la Colonia Moderna, de que las mejores casas se ubicarían en el futuro sobre la sección Oeste del poblado a la vez que las casas de interés social surgirían en la sección oriental nogalense; pero ésto no ocurrió así, ya que los usos del suelo se fueron diversificando en distintas épocas, como por ejemplo la zona roja, cuya ubicación final resultó quedando exactamente al Sur de la Colonia Moderna, sobre la calle 5 de febrero.

De cualquier manera, el comienzo, entonces, de las colonias Moderna y Municipal daría también inicio a una serie de costumbres locales, las que se perpetuarían a través de los años, como la de edificar, diferenciándolas,  las colonias populares y las pertenecientes a la clase media alta nogalense. No me alcanza el espacio para extenerme más sobre este tema en particular en este artículo, pero mencionaría entre estas últimas a la Colonia Kennedy surgida ya en los 60 y 70, la Kalitea en los 80 y 90, o la actual tendencia en que se edifican casas semirurales, de descanso más bien, aún más hacia el Sur de la mancha urbana o bien siguiendo la moda actual de construir sobre los márgenes del río Santa Cruz, en los alrededores del antiguo camino a Cananea.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Nacen las Colonias Moderna y Municipal de Nogales

Ya vimos en el artículo anterior de esta serie cómo se originó  la distribución de las calles del centro en Nogales. Ahora le toca su turno al Nogales de la siguiente etapa, al Nogales de la revolución mexicana. Sin embargo, es necesaria una pequeña digresión explicatoria: la distribución urbana nogalense acusa su origen en sus distintas colonias. De esta manera, el hoy centro histórico de la población nogalense, el surgido en 1884, el antiguo fundo legal de inmediato se ve que no tiene su origen durante la colonia, ya que en ese caso, su centro político, religioso e ideológico estaría unido, no disperso como ocurre aquí. En ésto se asemeja a Nogales, Arizona o bien a Guaymas que surgió ya durante el México independiente;  en ésto es diferente a Hermosillo o a las demás poblaciones coloniales de Sonora, en las que el centro urbano es también centro gubernamental, religioso, cultural o ideológico.

Pues bien, al comenzar la revolución, Nogales tenía alrededor de 4,000 habitantes y se extendía a lo largo de la cañada del mismo nombre hasta la entrada a la cañada de los Héroes, que entonces recibía el nombre de Cañada del Aguajito.

Ahora bien, ya he dicho en otras ocasiones que la etapa maderista de la revolución no afectó a esta frontera. Los problemas surgieron durante dos momentos posteriores revolucionarias: al ocurrir las pugnas entre Constitucionalistas y Villistas porque los nogalenses favorecían a Villa, y durante la Primera Guerra Mundial ya que Nogales, al ser frontera siempre se vio afectada por lo que sucedía y pasa actualmente en el ámbito mundial. Estas dos etapas de problemas en Nogales ocurrieron, la primera durante la lucha armada en México, al darse  las pugnas inter revolucionarias y cuyo clímax ocurrió en Nogales el 25 de noviembre de 1915, cuando fuerzas Villistas al mando del General Acosta asaltaron y saquearon a esta población; y la segunda con el escalamiento de tensiones internacionales que desembocaron en el incidente internacional cuyo 95 aniversario acabamos de conmemorar. Sin embargo, ya para entonces y al preverse la paz posrevolucionaria, nuevamente se percibía que crecería Nogales. El cambio sería que lo haría abandonando los cánones del racionalismo porfirista.

Anticipándose a este nuevo crecimiento urbano, el 21 de abril de 1917 la Compañía Constructora de Sonora había comprado a la Reforma Land and Cattle Company, dos franjas de terreno del rancho de la Reforma, en forma de paralelogramo, que comprendían: la primera partía del derecho de vía del ferrocarril hacia el este con una anchura de 152.4 metros, iniciando en el límite sur del fundo legal de Nogales (la acera norte del callejón Ramos) y se extendía hasta donde se encuentra “una pieza de piedra conocida públicamente por El Polvorín” (es decir, la esquina actual de la 5 de mayo con la Ruiz Cortínez), y la segunda franja que igualmente partía del extremo sur del fundo legal, aunque hacia el oeste del derecho de vía del ferrocarril y con una anchura de 274.32 metros, además de extenderse en el mismo tramo que la anterior.(abajo muestro un mapa interactivo, aproximado de ambas franjas)




Inmediatamente después de esa acción, el gobierno municipal, que encabezaba Astolfo R. Cárdenas empezó, utilizando a empleados municipales, la construcción de varias casas para habitación de obreros en la zona situada del lado este de la vía del ferrocarril, al sur del fundo legal, aunque en septiembre de 1917, la Compañía Constructora de Sonora donaba al ayuntamiento el terreno situado al este del ferrocarril, “...donde se hallan ubicadas las casas para pobres construidas por ese mismo Ayuntamiento...” y que sería conocida como Colonia Municipal: 24 manzanas con 8 lotes cada una. Sin embargo, durante la administración siguiente, encabezada por Félix B. Peñaloza, se dio marcha atrás a la donación ya que el Artículo 27 constitucional prohíbía que los ayuntamientos administraran bienes raíces y en consecuencia no se podía aceptar la donación. Sin embargo, para evitar que el ayuntamiento perdiera el dinero gastado en la construcción de las casas para trabajadores, que entonces ya eran 18 de adobe, 8 cuartos de adobe y 8 casitas de madera, el ayuntamiento vendió todo el terreno de nuevo a la Compañía Constructora de Sonora en el precio que costó la edificación de esas casas, $10,455, y estipulaba el contrato de venta que la Compañía debería a su vez venderlas a gente pobre y en abonos.

Por otro lado, en la otra franja de terreno que era también de esa constructora situado al oeste del ferrocarril, surgiría inicialmente la Colonia Moderna, es decir la zona residencial más cara en aquellos años. Esta comprendía tres avenidas principales de norte a sur: la América (continuación de la actual Obregón), la Latinos y la Moctezuma, además de las que atraviesan de Este a Oeste. Sería una colonia que emulaba al urbanismo público estadounidense ya que la mayoría de sus edificaciones seguiría el estilo colonial california, con uso abundante de ladrillo como lajas, y casas que se encontraban rodeadas por jardines, no con jardines interiores como era costumbre en la tradición hispana.

Por otro lado, en junio era abierto un cine nuevo frente a la Plaza 13 de julio, propiedad de Alvaro Obregón, el que sería bautizado como Cine Lux, mientras que unos días más tarde Juan Uzeta abría un departamento de muestras “para la selección de mercancías que serán vendidas por The Paso Store”, de Nogales, Arizona, en un departamento de los bajos del Hotel Central, a la vez que en julio el ayuntamiento aceptaba pagar una nueva tarifa por la renta del edificio del Mercado Municipal a Proto Hermanos: $200 mensuales.

Todo indicaba que la conformación económica y social del Nogales posrevolucionario ya se esbozaba y que el crecimiento urbano local se adaptaba a otra nueva distribución orográfica, menos abrupta que la del fundo legal.

domingo, 8 de septiembre de 2013

El nacimiento de Nogales

Empiezo ahora otra serie de artículos, en esta ocasión cubriendo el tema de cómo se fue dando el crecimiento geográfico y en población de Nogales a través del tiempo, partiendo del nacimiento de esta población en 1884 alrededor de la entonces mojonera que marcaba el punto en el que el Arroyo Los Nogales cruza la frontera; tomando como base al plano original que adoptó una distribución de calles y lotes que habían sido ideadas por los ingenieros Ignacio Bonillas y Chas Herbert en su plano original de ambas poblaciones, y que fue el que se siguió a la hora de trazar la vialidad urbana original.

Ignacio Bonillas en su juventud
El primero de los ingenieros, Ignacio Bonillas, había nacido en la antigua misión Pimalteña de San Ignacio, Sonora, el 1 de febrero de 1858. Hijo de Gervasio Bonillas Miranda de profesión herrero, y de Dolores Fraijo, vio la primera luz cuando la expedición filibustera de Crabb tenía un año de ser aniquilada en Caborca y la de Raousset cuatro. Sus primeros años le tocaría vivir el imperio de Maximiliano y después la República Restaurada. Era el Sonora previo al desarrollo que trajo consigo el Porfirismo, era un Sonora en que las posibilidades de mejoría eran muy precarias.

Tratando de escapar a ese destino, sus padres se cambiaron a Tucsón en Octubre de 1870, y el niño entró a estudiar a una escuela privada en la entonces capital del Territorio de Arizona. Así le tocó presenciar un Tucsón de enorme crecimiento poblacional: de 3,200 en 1870, a 7,000 diez años después. El Gobernador del entonces Territorio de Arizona, Anson P. Safford, al saber que el joven tenía que trabajar para comprarse los cuadernos, ofreció regalárselos, aunque los padres del muchacho se negaron a que recibiese obsequios. Entonces Safford le dio empleo como su secretario y así pudo Bonillas continuar sus estudios tucsonenses. Diez años después, una hermana de Bonillas, Soledad, se convertía en la tercera esposa de Safford. Posteriormente, Safford le costeó los estudios de Ingeniería de Minas en el Instituto Tecnológico de Boston, y a su regreso a Sonora realizó los planos de las poblaciones de Nogales, Naco, Santa Ana y otras, así como de las minas de La Colorada y otras más. De Charles Herbert, por otro lado, no he encontrado mucha información. Unicamente que fue ingeniero de las compañías ferroviarias, y por lo tanto es posible que su participación en este plano haya estado basada en la protección de los terrenos del Ferrocarril de Sonora.

La orografía original de Nogales
Ahora bien, Nogales, Sonora, lo mismo en lo ecológico que en lo mental ha estado regida, desde sus inicios, por dos principios opuestos: por un lado el orden racional, herencia de lo Ilustrado de la Colonia y del Positivismo porfirista; y por el otro el aparente desorden de lo orgánico, de la naturaleza, de la orografía que se impone sobre los intentos humanos de otorgarle a la población un orden ortogonal.

Así fue cómo, siguiendo esta mentalidad ordenada, al realizar el plano del primer Fundo Legal (para leer su texto, haz click aquí) de la nueva población sobre este terreno cuya orografía es sumamente quebrada, como se aprecia en la imagen adjunta, los ingenieros idearon un fundo que iría desde la frontera hasta el callejón Ramos, un gran rectángulo dividido en cuadrados menores, o sea las distintas cuadras, separadas por calles como la Juárez, Arizpe (hoy Obregón), Ingenieros, Abasolo, etcétera, e intercaladas por callejones más angostos de Norte a Sur, estos últimos que fueron ideados como callejones de servicio y correspondían a las calles Pesqueira, Morelos, Hidalgo, Libertad, Mina, etcétera.

Es decir, es una retícula cuadrangular, ordenada, con características urbanas en las que se esperaba una cierta rutina diaria siguiendo el ritual del positivismo: sacar la basura diariamente al callejón de servicio por el que también llegarían los suministros para los hogares; ir en la carreta o caballo por una de las calles principales de la entonces nueva población y trabajar ya fuese en alguna agencia aduanal o bien en el mercado municipal. Sin embargo, ya entonces se imponía la realidad orográfica del lugar, ya que la nueva población competía por el escaso espacio plano con los terrenos del ferrocarril de  Sonora (como se aprecia en el plano adjunto, donde aparece en rojo la superficie de éste).

El Plano original, de 1884, de Nogales
Por otro lado, es curioso observar que los diseñadores no hayan incluido en el plano del fundo legal un centro de poder central, como es tradición en todos nuestros países: ni centro religioso, ni político ni cultural. Lo único que destaca en el plano es la angosta franja reservada para la vía férrea en franca competencia por el escaso espacio plano de la cañada y que desde la perspectiva del porfirismo ejemplificaba perfectamente la función fronteriza nogalense: un centro de intercambio internacional de bienes.

Sin embargo la realidad visible, la realidad orográfica de esta cañada, a fin de cuentas se impuso sobre ese orden cuadrangular que se pretendía imponer, ya que la orografía está compuesta por cerros separados por arroyos que mantienen una distribución “de helecho”, o sea arroyuelos que van a desembocar a otros mayores y estos, a su vez, a otros, hasta que llegan al principal, el Arroyo Los Nogales, que se extiende de Sur a Norte a lo largo del eje central de Nogales y que, precisamente en la frontera tiene su mínima anchura, entre los acantilados de la hoy Elías y la Ingenieros: unos 200 metros. Es decir, un embudo con la frontera como boca.

Tal vez haya sido por eso que los ingenieros no se molestaron en asignarles nombres a las calles que quedarían situadas sobre los cerros, tanto al Este como al Oeste de la población. Porque se daban cuenta de que lo que hacían era meramente un ejercicio mental, imaginario, y no algo que esperaban que se ajustase a la realidad física de lo que sería esta nueva población.