domingo, 3 de noviembre de 2013

Nogales de 1930 a 1935

Entramos ahora a la primera mitad de la década de 1930, años que, todos creían, serían de avance para Nogales aunque un suceso alteró radicalmente ese crecimiento. Este fue la gran depresión económica mundial que afectó seriamente a esta frontera y que tuvo como consecuencia que la población nogalense decayera durante esa década, aunque la crisis afectó mayormente a la población masculina.

El hotel Rancho Grande
Como augurio de lo que traerían esos diez años, en marzo de 1928 era inaugurado en las afueras de la ciudad vecina, hacia el Noreste, el hotel Esplendor que posteriormente sería rebautizado como Rancho Grande, edificación construida bajo un costo de $350,000. A la inauguración asistieron luminarias mundiales como Dolores del Río, aunque el hotel resultó ser un rotundo fracaso y únicamente permaneció abierto durante 30 días. Su edificación, vacía, situada a un lado de la carretera que va de Nogales a Patagonia, permanecería en pie durante varias décadas, hasta que fue demolido finalmente.

Empezando esa década de 1930, después de concluida la etapa bélica de la revolución, México se encontraba inmerso en la construcción un nuevo orden nacional en el que competían diferentes modelos ideológicos, y en Nogales se presentó una pugna entre los obreros estatales y federales, entre la Confederación de Trabajadores de Sonora (CTS) y la Confederación de Trabajadores de México (CTM), aunque la CTS contaba con mayoría. Entre los más importantes sindicatos de la CTS estaban la Unión de Camioneros Nogalenses, el Sindicato de Empleados de Oficina y Similares, la Unión de Cantineros, Meseros y Empleados de Restaurants [sic], el Sindicato de Trabajadores Revolucionarios de Pico y Pala, cuyo lema era “Unidos en la paz como en la guerra”, o bien la Unión de Reclusos en la cárcel, así como la Unión de Troqueros, Estibadores y Similares.  En contraposición a la CTS, la CTM únicamente contaba en Nogales con los empleados y maestros federales.

Simultáneamente a estas pugnas políticas locales, el orden económico mundial se degradaba aceleradamente. Empezando 1930 Estados Unidos había decretado leyes que gravaban las exportaciones sonorenses y simultáneamente bajó el precio del ganado, de los vegetales de exportación y del cobre, lo que ocasionó el despido de miles de trabajadores sonorenses y la deportación de los EEUU de otros tantos miles de mexicanos.

Algunas cifras nos darán idea de la magnitud de esta crisis: si en 1930 por la Aduana de Nogales se importaron $11.5 millones de pesos y se exportaron $35.6, todos los cuatro años siguientes las cifras correspondientes anduvieron alrededor de $5 millones en importaciones y $9 (en 1934) en exportaciones; mientras, la exportación ganadera sonorense, que en 1930 había alcanzado los $8.2 millones, los años siguientes andaría en alrededor de $1.5.

Esta crisis económica hizo surgir entre la población actitudes nacionalistas y xenófobas que ya se habían manifestado desde 1916, y que ahora fueron manejadas demagógicamente por el gobierno estatal y las grandes compañías del norte del Estado, quienes culparon primero de la debacle económica a los expulsados mexicanos de EEUU, que para entonces alcanzaban los 5,000 mensuales por Nogales, argumentando que les quitarían los empleos a los sonorenses, aunque después fue reorientada la campaña contra los comerciantes chinos debido precisamente a su visibilidad económica (ya que casi en cada esquina nogalense o de las poblaciones sonorenses había una tienda de abarrotes china), campaña que culminaría con la expulsión de todos los chinos del Estado.

Mientras, los hombres de negocios locales, en sustitución del carnaval iniciaron la promoción de las fiestas del 5 de mayo como las “más grandes y mejores” que se hubieran visto en la frontera, aunque las del 4 de julio fueron aún más vistosas, ya que se realizó una exhibición de vuelo de aviones y hasta una pelea entre un toro y un león africano. Y la crisis continuó, en agosto de 1930 las inundaciones locales fueron terribles, hubo 5 vidas perdidas y enormes daños en las construcciones;  y en 1931 Nogales era literalmente invadido por mexicanos expulsados de los EEUU que no encontraban empleo en México ya que las lluvias del invierno también arruinaron la cosecha de tomate de Sonora y Sinaloa.

La Escuela Covarrubias
El gobierno de Sonora, tanto el Estatal como el Federal, lo mismo para satisfacer las necesidades sociales como para proporcionar empleos, continuó entonces con la construcción de escuelas, y en agosto de 1930 era inaugurada la escuela Covarrubias, que junto con la escuela Zeferino Gil Lamadrid aliviaron en algo la enorme demanda estudiantil nogalense, que para el año siguiente contó con 3,080 alumnos; además inició también operaciones la escuela secundaria federal para ofrecer educación superior localmente.

Y Nogales continuó creciendo por lo que para febrero siguiente era declarada municipalizada la Colonia Moderna hasta el hospital del Socorro, ubicado a la entrada de la Colonia Granja, aunque continuó agravándose la economía mundial hasta que se cerraron definitivamente el Banco de Sonora, seguido en Nogales, Arizona por el Sonora Bank and Trust Co y el Nogales National. El único que se salvó fue el First National, construido por un antiguo nogalense, Wirt Bowman.  En septiembre de 1932 había sido inaugurada en Magdalena la carretera entre Nogales y Guaymas, y un año después comenzó la canalización y enderezamiento del Arroyo Los Nogales para evitar inundaciones futuras, obra que ofrecía empleo y sería concluida en 1935.

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