domingo, 15 de septiembre de 2013

Nacen las Colonias Moderna y Municipal de Nogales

Ya vimos en el artículo anterior de esta serie cómo se originó  la distribución de las calles del centro en Nogales. Ahora le toca su turno al Nogales de la siguiente etapa, al Nogales de la revolución mexicana. Sin embargo, es necesaria una pequeña digresión explicatoria: la distribución urbana nogalense acusa su origen en sus distintas colonias. De esta manera, el hoy centro histórico de la población nogalense, el surgido en 1884, el antiguo fundo legal de inmediato se ve que no tiene su origen durante la colonia, ya que en ese caso, su centro político, religioso e ideológico estaría unido, no disperso como ocurre aquí. En ésto se asemeja a Nogales, Arizona o bien a Guaymas que surgió ya durante el México independiente;  en ésto es diferente a Hermosillo o a las demás poblaciones coloniales de Sonora, en las que el centro urbano es también centro gubernamental, religioso, cultural o ideológico.

Pues bien, al comenzar la revolución, Nogales tenía alrededor de 4,000 habitantes y se extendía a lo largo de la cañada del mismo nombre hasta la entrada a la cañada de los Héroes, que entonces recibía el nombre de Cañada del Aguajito.

Ahora bien, ya he dicho en otras ocasiones que la etapa maderista de la revolución no afectó a esta frontera. Los problemas surgieron durante dos momentos posteriores revolucionarias: al ocurrir las pugnas entre Constitucionalistas y Villistas porque los nogalenses favorecían a Villa, y durante la Primera Guerra Mundial ya que Nogales, al ser frontera siempre se vio afectada por lo que sucedía y pasa actualmente en el ámbito mundial. Estas dos etapas de problemas en Nogales ocurrieron, la primera durante la lucha armada en México, al darse  las pugnas inter revolucionarias y cuyo clímax ocurrió en Nogales el 25 de noviembre de 1915, cuando fuerzas Villistas al mando del General Acosta asaltaron y saquearon a esta población; y la segunda con el escalamiento de tensiones internacionales que desembocaron en el incidente internacional cuyo 95 aniversario acabamos de conmemorar. Sin embargo, ya para entonces y al preverse la paz posrevolucionaria, nuevamente se percibía que crecería Nogales. El cambio sería que lo haría abandonando los cánones del racionalismo porfirista.

Anticipándose a este nuevo crecimiento urbano, el 21 de abril de 1917 la Compañía Constructora de Sonora había comprado a la Reforma Land and Cattle Company, dos franjas de terreno del rancho de la Reforma, en forma de paralelogramo, que comprendían: la primera partía del derecho de vía del ferrocarril hacia el este con una anchura de 152.4 metros, iniciando en el límite sur del fundo legal de Nogales (la acera norte del callejón Ramos) y se extendía hasta donde se encuentra “una pieza de piedra conocida públicamente por El Polvorín” (es decir, la esquina actual de la 5 de mayo con la Ruiz Cortínez), y la segunda franja que igualmente partía del extremo sur del fundo legal, aunque hacia el oeste del derecho de vía del ferrocarril y con una anchura de 274.32 metros, además de extenderse en el mismo tramo que la anterior.(abajo muestro un mapa interactivo, aproximado de ambas franjas)




Inmediatamente después de esa acción, el gobierno municipal, que encabezaba Astolfo R. Cárdenas empezó, utilizando a empleados municipales, la construcción de varias casas para habitación de obreros en la zona situada del lado este de la vía del ferrocarril, al sur del fundo legal, aunque en septiembre de 1917, la Compañía Constructora de Sonora donaba al ayuntamiento el terreno situado al este del ferrocarril, “...donde se hallan ubicadas las casas para pobres construidas por ese mismo Ayuntamiento...” y que sería conocida como Colonia Municipal: 24 manzanas con 8 lotes cada una. Sin embargo, durante la administración siguiente, encabezada por Félix B. Peñaloza, se dio marcha atrás a la donación ya que el Artículo 27 constitucional prohíbía que los ayuntamientos administraran bienes raíces y en consecuencia no se podía aceptar la donación. Sin embargo, para evitar que el ayuntamiento perdiera el dinero gastado en la construcción de las casas para trabajadores, que entonces ya eran 18 de adobe, 8 cuartos de adobe y 8 casitas de madera, el ayuntamiento vendió todo el terreno de nuevo a la Compañía Constructora de Sonora en el precio que costó la edificación de esas casas, $10,455, y estipulaba el contrato de venta que la Compañía debería a su vez venderlas a gente pobre y en abonos.

Por otro lado, en la otra franja de terreno que era también de esa constructora situado al oeste del ferrocarril, surgiría inicialmente la Colonia Moderna, es decir la zona residencial más cara en aquellos años. Esta comprendía tres avenidas principales de norte a sur: la América (continuación de la actual Obregón), la Latinos y la Moctezuma, además de las que atraviesan de Este a Oeste. Sería una colonia que emulaba al urbanismo público estadounidense ya que la mayoría de sus edificaciones seguiría el estilo colonial california, con uso abundante de ladrillo como lajas, y casas que se encontraban rodeadas por jardines, no con jardines interiores como era costumbre en la tradición hispana.

Por otro lado, en junio era abierto un cine nuevo frente a la Plaza 13 de julio, propiedad de Alvaro Obregón, el que sería bautizado como Cine Lux, mientras que unos días más tarde Juan Uzeta abría un departamento de muestras “para la selección de mercancías que serán vendidas por The Paso Store”, de Nogales, Arizona, en un departamento de los bajos del Hotel Central, a la vez que en julio el ayuntamiento aceptaba pagar una nueva tarifa por la renta del edificio del Mercado Municipal a Proto Hermanos: $200 mensuales.

Todo indicaba que la conformación económica y social del Nogales posrevolucionario ya se esbozaba y que el crecimiento urbano local se adaptaba a otra nueva distribución orográfica, menos abrupta que la del fundo legal.

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