lunes, 2 de diciembre de 2013

Nogales en 1940

La década de 1930 a 1940 fue terrible no únicamente para Nogales, sino que también para Sonora y para México. Podemos ver esta situación en la población de las regiones urbanas de Sonora. Por ejemplo, si la población nogalense había sido en 1930 de 14,061, diez años después había disminuido aunque ligeramente, a 13,866. Esto, mientras que la de Hermosillo también disminuyó de 19,959 en 1930 a 18,601 diez años después. Todo como consecuencia de la gran depresión económica mundial de inicios de esa década, a la que seguiría la época de contiendas ideológicas en México.

En septiembre de 1939 había sido inaugurada la escuela preparatoria federal con la participación gratuita de los maestros, ya que no sería sino hasta 1944 cuando la SEP le concedió un subsidio de cuatro mil pesos anuales. Esta escuela fue la primera de educación superior en el Estado, ya que la única anterior existente, la Preparatoria y Normal de Hermosillo, no formaba bachilleres. La idea era preparar profesionales nacionalistas en Nogales que se encargasen de recuperar el destino de la frontera bajo una ideología moderna y laica, a la vez que compitieran con las élites económicas locales, que hasta entonces vivían sólo del comercio del turismo, legal o no. En un artículo que publicara el Profesor Alfonso Acosta, director de la secundaria, argumentaba que con estas escuelas de enseñanza media superior en la frontera  se buscaba: “evitar el éxodo hacia los EU de los alumnos que terminaban la instrucción primaria y, sobre todo, defender nuestra cultura y tradiciones históricas”. Es decir, recuperar en la frontera la visión nacionalista, al mismo tiempo que, educando, lograr la profesionalización de la población nogalense.

Por otro lado, empezando enero de 1940, y al igual que en años anteriores, hacía crisis el problema del agua en Nogales, que era abastecida por una compañía privada con base en la ciudad vecina. El día 8 se recibía un oficio del abogado de la Ciudad de Nogales, Arizona, en el que comunicaba que por acuerdo del Concejo de ese poblado “...en lo futuro no se venderá más agua a la Compañía Proveedora de Agua de Nogales, S. A. mientras la ciudad de Nogales, Sonora, no cubra el adeudo que tiene pendiente en dicha empresa...” Y la situación era crítica, ya que el cobro alcanzaba los $5,000 Dlls.

Intentando encontrar una solución al problema, el día 10 nuevamente se realizaba una sesión de Cabildos con los principales ciudadanos de Nogales, en la que se informó que el comisionado por la administración municipal anterior para el cobro de los adeudos por consumo de agua, entre el 19 de julio y el 15 de septiembre alcanzó a colectar $2,099.93, de los cuales se gastaron en sueldos del mismo comisionado y otros, la cantidad de $1,195.86, por lo que quedaba un saldo de $885.10, que obviamente no alcanzaba a cubrir el adeudo que se exigía.

Enseguida, el presidente de la Cámara Nacional de comercio local ofreció cubrir el adeudo con la condición de que la Compañía Proveedora de Agua prometiera que lo devolvería, a lo que respondió el Gerente de la misma que no podía ofrecer nada sin consultarlo con los accionistas. Siguió el estira y afloja de los asistentes, y aunque se alcanzó una solución al problema, ésta no resultó ser sino temporal.  Para abril informaba el presidente “...sobre la perforación de pozos para resolver el problema de la sequía de agua potable...” 

Y así, poco después regresaba de nuevo el problema del agua: para agosto accedía el Gerente de la compañía del agua a no cobrar el servicio a aquellos usuarios que no recibieran agua durante los meses de verano, aunque de todos modos las quejas por cobros indebidos continuaron. Por esos mismo días se le solicitaba ayuda al ayuntamiento para que colaborase en el acondicionamiento del nuevo campo de aterrizaje, situado en Lomas, obra a cargo del piloto Alberto Calzadías. En septiembre, informaba el munícipe que en la reciente visita a Nogales del nuevo Presidente de México, General Manuel Ávila Camacho, le trató él el problema del agua, y en respuesta el General le prometió “... introducir esta importantísima mejora...”, así se acordó  hacer un estudio más sobre el problema para presentárselo al nuevo Presidente de México.

Al día siguiente del ataque de Pearl Harbor, que ocurrió el 7 de diciembre de 1941, México también declaraba la guerra al Eje y la frontera entre los dos Nogales desapareció, al menos durante la duración de la contienda bélica. Unos días después pasaban por Nogales 900 soldados mexicanos, destinados a proteger Baja California de alguna incursión japonesa. Pero la más importante consecuencia para Nogales de la Segunda Guerra Mundial, a la que seguiría la Guerra de Corea, fue que también, derivado del establecimiento de bases militares, como la Davis-Monthan de Tucsón, en esta ciudad fronteriza alcanzarían nuevos bríos la prostitución y la venta de licor, adoptando gradualmente la imagen de negocios legítimos, sancionados por los líderes económicos y morales de la frontera.

Esta era una frontera en la que convivían diariamente el Nogales Sonora de día, una ciudad “blanca” en la que no existía nada de criminalidad, y un Nogales nocturno en el que se practicaban todo tipo de excesos sin que el Nogales de día aparentase darse cuenta de esa situación.

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